domingo, 22 de abril de 2012

Explicación de la Estrategia de Observación


Sabemos bien que para realizar una buena investigación y para, en este caso, poder interpretar correctamente a la realidad sociocultural que este grupo representa (comedores populares) es necesario una estrategia de observación que de alguna manera u otra nos permita acercarnos  y empaparnos de sus concepciones y creencias. Pero seamos realistas, este grupo social de personas no presenta una concepción distintiva del mundo como lo podría representar un Hare Krishna, una comunidad musulmana o un grupo de hippies. Se trata de un grupo de personas “común y corrientes” por así decirlo, que dedica su tiempo, paciencia y bondad a las personas que más lo necesitan, y resaltamos lo anterior ya que estas personas dirigentes del comedor, son personas que no tienen ni poseen grandezas económicas, pero que con la riqueza de su corazón, ayudan y unen  a la comunidad vecina existente.

El reto en esta visita, entonces, era aprender y conocer la manera en que funciona un comedor popular; qué hacen, cómo lo hacen, con quienes lo hacen y por qué lo hacen. Para lograr nuestro cometido era obvio que no podríamos acercarnos con las manos vacías, era necesario que, así como la comunidad lo hace, nos acercáramos con un granito de arena que de nada malo caería, y así lo hicimos. Llevamos en conjunto víveres como lentejas, fideos, leche, arroz, entre otros y empezamos la travesía.

La estrategia era simple, encontrar el comedor, realizar un registro mecánico que consista en pruebas fotográficas y uno que otro comentario en vivo de lo experimentado y visto a lo largo de la visita. Pero gracias a una extraña suerte o quizá gracias a las peticiones de algún vecino del sector 8 de Villa del Salvador, obtuvimos mucho más de lo esperado. Llegamos como caídos del cielo a una pareja de evangélicos que sin esperar ayuda alguna nos brindó toda la ayuda e información que podrían brindar. Se trataba de una pareja que dedicaba su tiempo a la ayuda de este comedor (que vale decir, por las mañanas funciona también como vaso de leche) y que por el momento, debido a que su menor hijo sufrió de una pequeña caída, no podían dedicarle el tiempo que deseaban al comedor. No se tuvo que intercambiar muchas palabras y de un momento a otro ya formábamos parte de su pequeña comunidad. Nos indicaron direcciones, horarios, precios  y experiencias que desde ya, representaban mucho más de lo que podíamos esperar. Era obvio que tanta amabilidad no podría pasar desapercibida, y se decidió por dejar solo una pequeña parte de lo que teníamos pensado entregar. La reacción fue inmediata; gestos, sonrisas y hasta brillo en los ojos que solo expresaban su enorme agradecimiento, y que transmitieron ternura y hasta un pequeño nudo en la  garganta que solo expresaba lo genial que se siente ayudar.

Es así que con algo más de información nos dirigimos hacia la tesorera del comedor popular, quien también con mucha amabilidad nos brindó información y nos indicó en donde podíamos encontrar a la presidenta de dicha entidad. La presidente no fue muy difícil de ubicar, pero vale decir que sí algo difícil de convencer. Presentaba una actitud desconfiada (debido que al parecer son constantemente visitados por partidos políticos y esto, naturalmente, les genera incomodidad), y no nos transmitía la generosidad que habíamos podido constatar en las personas ya antes mencionadas. A decir verdad, la llamada señora Santusa (presidenta del comedor popular), no nos cayó para nada bien. Pero, al igual que con las primeras personas, procedimos a hacerle entrega de ciertos víveres para la ayuda del comedor que hasta la actualidad dirige. Al entregarle solo algunos víveres y viendo que aún nos sobraban algunos, se decidió por entregar lo sobrante a las personas que con tanta amabilidad nos incluyeron desde ya en sus rezos y bendiciones, a la pareja evangelista. Es así que al regresar ante esta pareja, la sensación de agradecimiento ya anteriormente experimentada creció, y no faltó más para que con un solo gesto seamos introducidos a los demás miembros de esta pequeña comunidad. Al mismo trato de una celebridad, nos incorporaron en una celebración en donde la gaseosa y la torta fueron lo de menos. Fueron las sonrisas, los abrazos, las bendiciones y los agradecimientos los que nos invadieron de pies a cabeza de una clase de felicidad que en esta sociedad es muy difícil de encontrar, y con los cuales solo quedamos decididos de que el caso etnográfico elegido, fue el mejor que pudimos encontrar.

3 comentarios:

  1. OK, me parece bien las conclusiones que obtienen de la visita. En efecto, a través de las fotografías se puede observar que la visita ha sido hecha a una organización evangélica y no al comedor popular proyectado. Tal vez la visita se realizó en día domingo, día en que los comedores populares no operan (son de utilidad los días de semana, cuando la gente sale a trabajar). De todas maneras tendrán que regresar en un momento en que puedan hablar con las señoras del comedor, que seguramente serán más cálidas que la señora presidenta. De todos modos, la experienca ha conseguido su objetivo, haber estado presentes en Pamplona, Villa El Salvador; conociendo otra realidad social es un buen inicio. Felicitaciones.

    ResponderEliminar
  2. Calificación según criterios (ver blog del curso):

    1) 2 ptos.
    2) 3 ptos.
    3) 3 ptos.
    4) 4 ptos.
    5) 4 ptos.
    6) 3 ptos.

    NOTA FINAL DE LA TA1: 19

    ResponderEliminar
  3. ¿y Chiara Camogliano no fue parte del grupo?

    ResponderEliminar